Si todavía existe lugar para más buenas noticias en la vida de Atlético, aquí va otra: de los 30 equipos de Primera, es el único que no ha sentido el extenso parate (que aún sigue sin solución) ya que ha competido oficialmente desde el 31 de enero.
Cuatro partidos disputados incluso a un nivel superior que el que ofrece el torneo local. Cuatro partidos que le terminaron dando la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores.
Mientras los otros 29 equipos de Primera tuvieron que ingeniárselas para programar partidos amistosos e hicieron de duelos ignotos, verdaderas “finales” para sostenerse futbolísticamente, el probable inicio del fútbol argentino tendrá a Atlético como el equipo con más ritmo de todos.
Si se levanta el paro convocado por Futbolistas Argentinos Agremiados, el equipo de Pablo Lavallén enfrentará el sábado, a las 21.20, a Sarmiento, con 360 minutos de fútbol oficiales encima.
El único problema de cara a ese partido podría ser la relajación. No hablamos aquí de la soberbia de alguien en pensar que ya tiene todo ganado, sino la relajación típica que experimenta cualquier persona o equipo luego de un esfuerzo seguido del éxito como el que experimentó el jueves pasado.
Algo similar a lo que le sucedió luego de la hazaña en Quito, cuando contra la altura, el reloj y todos los pronósticos, venció a El Nacional y avanzó a la tercera fase. Luego de ese partido, Atlético jugó quizás su peor partido de las fases preliminares de la Copa y pese a que tuvo dos chances claras de anotar lo pagó con un 0-1 en el marcador.
Luego de ganar el partido más importante de toda su historia y tras la tensión liberada en esos últimos 10 minutos de partido, que pase lo mismo ante los de Junín no sería extraño pero sus jugadores se niegan a aceptarlo.
“No nos podemos relajar de ninguna manera. Cumplimos el objetivo de entrar a la fase de grupos y vamos por más pero con inteligencia porque está el torneo local”, explicó Guillermo Acosta.
Tal vez en ese “ir por más” se encuentre la solución para no bajar la guardia por más exitoso que sea el presente. El “Decano” sabe que necesita de los puntos del torneo para mantenerse en Primera y asegurar esa permanencia por algunos años más. Parte de esa mentalidad fue cultivada en estos cuatro días que ya pasaron desde el histórico 3 a 1 ante Junior pero recién pudo empezar a ser ejecutada ayer, en el primer entrenamiento pos clasificación, en Ojo de Agua. “Al descanso lo aprovechamos para bajar con los decibeles del partido y la clasificación, pero ahora ya está. Hay que comenzar a pensar en el próximo partido del torneo”, asegura Fernando Evangelista.
Para intentar que así sea también será fundamental ver que jugadores utiliza en cancha el entrenador. También es fundamental saber qué jugadores pueden estar más motivados o relajados. ¿Los que vienen jugando y consiguiendo logros históricos? ¿o los que no lo vienen haciendo y no solo quieren ganarse un lugar sino que no pasaron por el proceso de los titulares?
Lavallén tiene la respuesta en estos momentos. De todas maneras, dependerá de lo que suceda con el futuro de nuestro fútbol. En el hipotético (y hasta ahora real) caso de que no empiece el fútbol tal como amenazaron desde Agremiados, el próximo partido que tendría el equipo será el miércoles 8 de marzo, ante Palmeiras, por la tan deseada, fase de grupos de la Copa Libertadores.
Pareciera el escenario perfecto para Atlético, que, daría la sensación, estaría preparándose solo para jugar la Libertadores como lo viene haciendo desde comienzo de año. Nada más lejos de la realidad: los partidos deberán jugarse en algún momento y, con la intención de hacer entrar todos los duelos hasta fines de junio, el calendario se apretaría y mucho.
“El parate del torneo también nos puede afectar, la intensidad de trabajo se empieza a estirar”, llegó a admitir Lavallén.
Imagínense entonces como están los otros 29 equipos de los cuales apenas tres recién volverán a la actividad oficial esta semana: Racing, Huracán y Arsenal debutarán esta semana por la Copa Sudamericana.
El “Decano”, entonces, deberá intentar no relajarse tras los logros conseguidos y aprovechar al máximo el ritmo que obtuvo justamente con los partidos que lo llevaron al éxito veraniego. Suena contradictorio pero parece ser la fórmula para no perder pisada en este, causalmente, contradictorio fútbol argentino.